Me carga la nostalgia

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Hace unos días me encontré una vez más con la historia de Amelie Poulian, las venas se me llenaron de nostalgia, recordé la búsqueda incansable, las pistas que una a una fui armando de mi propio rompecabezas. Noches continuas imaginando abrazar a ese alguien mientras sentía el viento rozar mi rostro en un viaje de motocicleta y a lo lejos escuchando el sonido del piano. Sí, la tristeza me invadió las células por segunda ocasión como pintura regada sobre el piso. Aveces uno se acostumbra al trayecto melancólico ... después comprendí que la historia tenía un final feliz ... éste presente tiene un final con mueca alegre. La búsqueda ha terminado por ahora, tiene un nombre, ese que me gusta pronunciar cada vez que despierto en la esperanza.