Mírame, esa mera soy de carne y hueso

Junio

Primera entrega del soundtrack Timbirichesco

Como lo había prometido, aquí está una de las tantas reminiscencias del soundtrack Timbirichesco.
Muy ah doc con la temática, ayer estando en una larga cena con la amiga Nassif, recordé uno de esos momentos excelsos.
La historia va más o menos así …

Erase que erase una vez, hace ya bastante tiempo, siendo una completa mocosa, es decir, cuando contaba en mis dedos de la mano la corta edad de 10 años, mi máximo ejemplo a seguir -a falta de un hermano mayor- seguí paso a paso, cual sombra engorrosa, todos los movimiento de uno de mis tíos Azcárraga.
Para ese entonces mi tío tenía 14 años, por lo tanto mi devoción siempre lo miraba como un superhéroe; todo lo que hiciera y dijera se convertía en un estatuto digno de ejemplificar. Sencillo de comprender, en ese entonces el muchachito era un libre adolescente y yo respiraba los primeros signos de la pubertad; traduciendo, yo quería calcar (con copia exacta) todo lo que él hacía.
Hoy día las cosas han cambiado bastante, en el camino de la vida le pasaron un montón de situaciones que le cambiaron su personalidad bonachona y se tornó en un hombre muchas veces mal intencionado. ¡Bueno! El chiste de éste post tampoco se trata de balconear a la familia pero explicó lo anterior porque él fue una pieza clave para ésta historia.

Pues bien, muy contrario de lo que se piense, mi tío Leonardo Azcárraga admitía que me le pegara en todas sus actividades adolescentes. Me invitaba a las fiestas de sus amigos y compartía la amistad de alguno de ellos, claro, siempre tuve un agregado en mi nombre, era “Gia la sobrinita de Leo Azcárraga”, algo que la verdad nunca me peso hasta que llegó el día en que todo cambio para mi corazón de chocolate, en ese época, buguesco.

Leo organizó su fiesta de cumpleaños número 15 e invitó a toda la raza del colegio. El festejo simplemente estuvo de pelos; comida chatarra, un poco de alcohol y nicotina, música de Soda Estereo, Depeche Mode y obvio! de Timbiriche. Y ahí estaba yo, codeándome con los “grandes”, sintiéndome parte de ellos.
De repente, cuando la fiesta estaba en pleno apogeo, sonó el timbre de la casa y no dejando ir la oportunidad para abrir la puerta y hacer uso de mis de sociabilidad, me encaminé para hacerla de buena anfitriona.
Así fue como comenzó la primera historia chocolatera de amor; a la par que abría la puerta, en el fondo musical sonaba la voz de Alix cantando … Me falta edad y sin embargo no soy solo la mitad de un sentimiento. No soy eco soy sonido, soy un punto en el camino, lo que fuiste alguna vez. Mírame, siénteme. Soy de carne y huesos. No soy un reflejo y no es malo lo que siento. Mira soy cuestión de tiempo (shalala shalala shalala la la la)
Como en cámara lenta, abriéndose paulatinamente la portezuela, apareció la figura de un adolescente que sencillamente me dejó estupefacta, sin habla, atolondrada, y por poquito se me caen los calzones de tanto nerviosismo. El sujeto en cuestión era el nuevo compañero de Leo y llegaba a la fiesta acompañado de sus hermanas.
Como era de esperarse, en toda la noche no le quité el ojo de encima, es más, hasta dejé de entrarle a las fritangas y a mis primeros tragos de chupe, odiando aun más la camiseta de Mickey que tanto fregado había colmado a mis padres para que me la compraran y llevarla puesta en la fiesta. Y para colmo de los colmos, en una especie de complot, surgió en mi toda la timidez que pudiera existir en el universo completo.
El tío, bien buena onda, me lo presentó sin hacer el agregado “mi sobrinita” pero no obstante, mordiéndome casi las trenzas, no podía pronunciar algo más allá de un “si” y un “no”.
La fiesta llegó a su fin y en mi cabecita sólo rondaba una figura, la de Joseph Anton. Infinitamente recordar su piel blanca y cabellera ondulada, dejándose amar aun más con su característica sonrisa seductora.
Al llegar a mi casa lo primero que hice fue guardar en varias cajas todos los osos de peluche, la ropa con monitos de caricatura y exigirles a mis padres que al siguiente día, lloviera o relampagueara, me llevaran a comprar nuevo atuendo porque de ahora en adelante ya no era más la chiquita, sino la nueva mujer. Sales!!! Como no!!! Mis padres se quedaron con cara de What!!! Y a ésta que mosco le pico??? Y ahí vamos al siguiente día a cumplirle sus berrinches a la niña pero mi madre no dejaba de insistir en comprarme indumentaria para “mi edad” como ella atinadamente decía, convirtiéndose en una batalla campal entre la Gia puberta y su madre adulta.

Fueron largos años para quitarme el estigma ¡ah, ella es la sobrinita de Leo! Yo ya quería ser Gia, la mujer, la de mírame y siénteme, esa mera de mucha carne y harto hueso (jajajaja) pero naaaaa, Joseph continuaba observándome como la mocosa que a leguas se le notaba que cacheteaba las banquetas por él.
Esa es la sencilla razón por la cual se convirtió la canción de “Mírame” en el soundtrack de la primera pena dolorosa de un amor no correspondido porque simplemente la Gia de ese entonces no dejaba de ser una cacursia chamaca en comparación con un adolescente popular y por demás asediado de muchas malas mujeres. Uhh! Como me dolió al enterarme que fulanita de tal ya se había convertido en su novia y hasta se la había presentado a sus padres ó cuando sultanita de tal ya lo estaba perreando. Ushkale de aquí perra del mal!
Pasaba noches enteras cantando “Mírame” para ahogar mis penas en cada una de las frases.

Que difícil tiempo para amar
Heredando miedo donde sueño libertad
Tengo que callar una vez más
Mis palabras sobran donde hablan los demás
Me falta edad y sin embargo no soy solo la mitad de un sentimiento
Soy capaz de mi destino
Soy un punto en el camino
Lo que fuiste alguna vez
Mírame Siénteme
Soy de carne y huesos
No soy un reflejo
Y no es malo lo que siento
Mira soy cuestión de tiempo
Mírame Siénteme
Soy de carne y huesos
No soy un espejo
Oye soy mi propio vuelo
Mira soy cuestión de tiempo

Y pasaron los años y como dice la canción: sólo fue cuestión de tiempo. Obvio que dejé de ser puberta, me convertí en adolescente, y tocando la juventud, me lo volví a topar en los caminos de la vida. Nunca quité el dedo del renglón y qué creen que paso … pues que el dichoso Joseph (ya con sus añitos encima y menos pelo en la cabeza) que se vuelve en mi novio ó en algo muy parecido a eso pues en casa de la Familia Azcárraga aun debía guardar las formas: ¿Cómo una Srita AzJe podía salir con semejante tipejo? Claro que por supuesto que a mi no me importaba quedar bien con el clan sino que estaba yo toda contentota porque comprendí que quien persevera alcanza, así haciendo un aparente largo caminito para llegar a ganar el trofeo.

Que difícil tiempo para amar
Si me obligas, miento
No te quiero lastimar
Tengo que callar una vez más
Sólo pensamiento no es momento para hablar
Me falta edad y sin embargo no soy solo la mitad de un sentimiento
No soy eco soy sonido
Soy un punto en el camino, lo que fuiste alguna vez
Mírame, siénteme
Soy de carne y huesos
No soy un reflejo y no es malo lo que siento
Mira soy cuestión de tiempo
Mírame Siénteme
Soy de carne y huesos
No soy un espejo
Oye soy mi propio vuelo
Mira soy cuestión de tiempo

Mírameeeeeee
Siéntemeeeeeee