Las botas amarillas

25 de Julio

Se que debería estar, en este preciso instante, ocupando mi tiempo en el ejercicio cotidiano del trabajo laboral, pero sucede que desde hace varios días siento que mi vida está patas pa´rriba. Mucho trabajo, demasiado malos entendidos y lo pior de todo, con excesivos días nublados. Ok, Ok, Ok. Ya lo sé, los días nublados y lluviosos son chidos cuando se es chamaco ... te pones tus botitas de plástico y sales a dar de brincos por cuanto charco se te atraviezzzaaaaa, pero resulta que cuando se es ya grande (de edad) (jajajajaja, me rió de mi propia ironía) los días lluviosos vienen bien cargados de melancolía.

Pues si, en definitiva extraño esos tiempos en que todo era muy facíl de ver, desde la prespectiva infantil, lo único importante es jugar. Por lo tanto creo que me compraré un par de botas de plástico color amarillo y me las pondré para salir a brincar en los charcos. Muy sencillo.

Nota: Si se encuentran a una ridicula saltando por los charcos soy yo mesma.