Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

2.7.07

Como dice mi amigo Mateo

Escrito en un día donde él está presente
Hay algo que siempre me he preguntado desde que era una chicuelina ¿Cómo es Dios?
A veces me lo imaginó como una enorme luz tan brillante que llegaría a cegarme, en otras ocasiones, pensando en la imagen recurrente que han utilizado en libros, películas, etc., me lo imaginó como un anciano de largas barbas blancas y de inmensa talla que al abrazarlo me reconfortaría olvidando todos mis pesares.
Y bueno! He de confesar que hasta hace unos meses a tras, la idea de Dios era una abstracción que solía hacerme corto circuito en mi cabecita, algo así como ver el inmenso cielo estrellado, sabiendo que allá afuera de nuestro planeta hay muchas estrellitas que sólo puedo mirar pero que por obvias razones nunca podré tocar, es decir, sé que existe pero en realidad no sé cómo es.

Mi madre suele decirme que en mi alma se alberga un espíritu netamente filosófico: siempre buscando respuestas y reflexionando infinitamente en ellas. Yo creo que si lo soy, una mezcla rara de pragmatismo con sentimientos profundos, aunque a veces me torne en la imagen del niño que quiere atrapar el mar en una pequeña cubeta.

Ya me paso la etapa cuestionadora, de que si Dios esto, de que si Dios el otro, de que si Dios permite las injusticias, de que si el “bien” o el “mal”; como comenzaba hacerme bolas y me llenaba de vértigo absurdo, decidí sólo creer en su existencia, aunque esa creencia sólo tocará la abstracción extraña.
Paso el tiempo pero la pregunta continuaba dándome de vueltas de vez en cuando por la cabeza. Cómo será Dios, en verdad lo quiero conocer.

Y bueno! Quiero compartirles algo que descubrí recientemente, en esa búsqueda que ya había dado por perdida, ayer mientras intentaba conciliar el sueño, el foco interior se me prendió como una bombilla en la obscuridad. He visto y reconocido el rostro de Dios en el “amor”, sí, de alguna manera sigue siendo abstracto pero ahora lo puedo describir y lo he tocado. Muy sencillo, cuando siento el calor de la gente que amo, es una tibieza sublime, única, como si el cariño se convirtiera en algo trascendental que va más allá de mi razón. Por lo regular ese calor, sobre todo expresado en un abrazo, se transforma en un letargo hermoso del cual no quisiera nunca desprenderme.

Al despertarme de mi intento de conciliación de sueño en tan abrupta forma, confieso que comencé a llorar, cual niña de 5 años, porque en el fondo no lograba discernir mi falta de fe. Parece que Dios siempre me ha mostrado sus diversos rostros pero sencillamente yo no lo quería mirar. La noche de ayer me acobijo, dejándome llorar para sacar toda esa impotencia de poca fe, finalizando en una reconciliación con él y conmigo misma.

Existe un párrafo en cierto libro híper reconocido que dice así:
Pedid, y se os dará;
Buscad, y hallaréis;
Llamad, y se os abrirá.
Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien llama se le abre.
(Mateo 7:7)

Últimamente, las palabras de mi amigo Mateo vieron luz, encontraron una puerta de acceso para convertirse en realidad. La pregunta que me hacía desde niña ha sido respondida de la forma más bella. El rostro de Dios está en el ímpetu que cada uno posee y ese ímpetu nos hace únicos. Algunos lo tienen en la bondad, otros en la construcción de la belleza, otros en la sabiduría … y la lista se hace larga e infinita.

Quizá este post lo hayan leído con cierto escepticismo preguntándose cómo es que ésta chica propone semejante cosa ó sencillamente porqué hablar de algo tan puesto en la mesa de discusión. ¿Porqué no? Así como hablamos de futbol, de política, de Prada y su nueva colección, de los diversos problemas que se nos atraviesan al día; porqué no hablar de Dios. Creo que nos hemos acostumbrado hablar de cosas y situaciones que no requieren de un acto de fe, como si el mismo Dios estuviera vetado en nuestras conversaciones cotidianas, preferimos mejor omitirlo porque no hay explicaciones racionales.

En fin, sólo quise compartirles estas palabras. Si alguno de ustedes ha reconocido el rostro de Dios, me gustaría que me lo hicieran saber; ya saben a veces se cree que hablar de Dios es algo anticuado o muestra de dogmatismo religioso. Aquí sencillamente se trata de compartir.

Etiquetas: