Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

23.5.07

Caminando por el sendero me encontré

21 de Mayo
En este par de semanas comprobé que la ira no es muy buena amiga, al contrario, genera tan mala vibra que se convierte en una especie de cadena mal parida.

Hace dos sábados hice un entuerto con aquello de la puntualidad. Esta cabecita obsesiva perdió la cordura. No explicaré con exactitud las causas de mi
contrariedad pues dañaría la reputación de terceros (a los cuales amo mucho), finalmente el chiste es demostrar la conclusión a la que llegó mi irritación.
Por ostensibles razones en un par de horas anduve
hablando chino-mandarin:
Carajos! Cuál es la razón de tanta impuntualidad! Ya ni la friega! Me lleva la que me trajo! etc. etc. etc.
Después de respirar profundamente (y de contar hasta cien), según yo ya se había calmado mi cólera, pero nooo!! me esperaba la venganza de Tutan-Kamon. Como debía ir por alguien a la estación de autobuses, antes me dispuse a ponerme mis lentes Ray Ban, mis gafas preferidas, y cuando las saqué de su cajita protectora que se me resbalan y toñññ!!! que se rompen. Ahhhh!!! Demonios!!! Como si costaran tres pesos. Ven! a ninguna parte nos lleva el disgusto excesivo. Ya ni cuando perdí mi celular me dolió tanto. Ese fue el primer aviso.

Unos días después hice otro entuerto con el acceso a este blog. Olvidé la forma exacta para poner mi contraseña y perdí más de dos horas intentando, fallidamente, postear algo de las historias de Gia.
En recientes fechas ando algo reducida de presupuesto, así que un peso es digno de economizarse, por lo tanto desperdicié treinta pesotes en balde. Una vez más comencé
hablar chino-mandarin: Utaa madres! Carajos! Pero que necesidad!. No tuve de otra que abandonar mi meta principal y enojada regresé a mi casita. Cuán sabia es la naturaleza de la ironía, en el trayecto que se desata la lluvia; las tres cuadras bastaron para dejarme como pollita lloviznada y en verdad eso no me molesto, qué más podría pasarme. Consecuencia sencilla … casi llegando a mi casa, caminando por el sendero de la vida que me encuentro con el estallido estrepitoso de un rayo. ¡Hay mamá! El atemorizante rayo cayó a tan sólo unos metros de distancia; la explosión que me dejó sorda por un par de horas no fue nada comparada con el desplome de la rama que estuvo a punto de precipitarse sobre mi gran cabezota.
Inche árbol!! Cómo se le ocurre ponerse ahí!
Pus si, casi me desmayó del susto, es más estuve a punto de tirarme al suelo y patalear como niña chiquita diciendo:
Qué hecho yo para merecer esto?
Llegué a mi casa cargada de electricidad rarísima; cuando metí la llave en el cerrojo de la puerta, bien que sentí la energía hacer conexión con el metal. Ya nada más faltaba que las chispitas comenzarán a salir ó ya de plano verme como en las caricaturas, toda chamuscada con un simpático hilito de humo saliendo por todo mi cuerpo. Ven! a ninguna parte nos lleva el disgusto extremo. Ese fue el segundo aviso y como no quiero llegar al tercero, porque ya saben que la tercera es la vencida, prefiero bajarle a mi mal humor y hacer más yoga por las mañanas al despertar.

PD. Ya extrañaba mi humor involuntario!

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