Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

26.4.07

En el cuadrilátero con un huracán verdadero

Voy a contarles un episodio de A day in the life

Cierta noche –unos días antes de partir a Yucatán para realizar mi servicio social universitario durante medio año– me acosté en la cama arrullándome con la lectura de la “La Quinta Montaña” (Paulo Coelho) y así con las palabras del personaje de Elías, viajé al universo de mis sueños.

En ocasiones uno recuerda muy poco de la historia soñada; de aquella noche sólo rememoro una pequeña parte, El Final: Una mujer que se decía llamar la Virgen Fátima pronunciaba una palabra contundentemente,
“Reconversión”.

Después, fui despertada abruptamente por mi madre. Los perros que labraban advirtiendo peligro, la habían levantado de la cama y por mero instinto maternal se dirigió a mi habitación.
Me encontró empapada en sudor y temblando. Primero sacudió mi cuerpo sin hallar respuesta; un tanto asustada decidió hacer la sacudida más violenta pero sólo encontró pronunciamientos extraños emergidos de mi voz aún dormida …
reconversión, reconversión … Mamá ahora estaba aterrorizada, algo le sucedía a su hija y ella no le podía hacer un alto a la incertidumbre.
Finalmente me tomó por los hombros, y desesperada movió mi cuerpo con brusquedad. Desperté, la vi frente a mí y lo único que hice fue abrazarla para embargarme entre sus brazos y dejar salir un llanto que no comprendía.

Rápidamente olvidé el episodio con el transcurso de los días siguientes pero en definitiva la respuesta llegó con la
noche más oscura que he vivido; se hizo presente en el silencio ensordecedor del Huracán Isidore/Isidoro
[1].
Ahí, sintiendo el velo de la muerte queriendo tocar mi piel, recordé mi pasado y asumí que debía cambiar mis miedos por algo que se llama felicidad …
reconvertirme … emerger de la tristeza.

Es extraño pero las grandes
reconversiones de la vida llegan con los momentos menos esperados. Cuando uno cree tener todas las respuestas, siempre llega algo para darnos un gran zape en la cabeza y decirnos: cuan soberbio y equivocado estabas.
En definitiva, por mucho tiempo estuve equivocada y lo peor de todo es que tenía una gran coraza llamada soberbia … Si, estoy soy yo y bien chingona ¿algún problema?
Y bueno, llegó Isidore/Isidoro para refrescarme la vulnerabilidad en mi cara; no tuve de otra, había dos caminos: el uno ó el uno, así que me solté en la oscuridad sabiendo que estaba sola con mis propios miedos y que sólo yo podía rescatarme de mi misma …
reconvertirme como lo había propuesto la Virgen Fátima en mis sueños.

Después de la batalla, amaneció y con los primeros rayos de sol, llegó la esperanza de una nueva vida. Como recuerdo aquella frase … Después de la tormenta viene la calma. Si, afuera el aire se respiraba distinto, netamente puro.
En una platica posterior que tuve con el amigo Isaac Dommit –quien también vivió el Huracán- me comentó que a partir de ese momento mi forma de ser cambio, ya no era más la chica que se reprimía a si misma.
Las cosas cambiaron mucho, al regresar a mi casa tres meses después, el camino que retome era distinto al que había planeado en mi adolescencia, como si en mi comenzará a crecer una semillita.
La semilla se convirtió en una tesis brillante (Modelo de contingencia ante desastres naturales) que obtuvo el estimulo de continuar con otros estudios bajo la misma temática.

Y bien, creo que en vida hay muchos huracanes que se nos presentan, inclusive la muerte misma es el último huracán que nos toca atravesar pero todos, absolutamente todos, en mayor o menor cantidad, esgrimen un objetivo:
“reconvertirnos” pues la vida está en continuo cambio, de hecho siempre estamos cambiando. Hoy soy distinta a la que fui antes del huracán y aún más diferente a lo que fui después del huracán.
A veces tengo miedo ante los cambios pero no hay de otra más que asumir la diferencia de cada día. Hoy sé que estoy en la sala de espera y que pronto entraré a otra rama de mi gran árbol de vida.

Por ahora, no tengo un peso ($$) en la bolsa … pero en un par de minutos mi empresa se convertirá en el sueño tangible que me otorgará la abundancia deseada.
Por ahora, sé que amo al Racimo de Estrellas … y que muy pronto la soledad cotidiana terminará. Aún desconozco si éste inmenso amor perdurará o simplemente se transformará.
Por ahora, trabajo como canguro … y de todo lo que observo se transformará en una novela exitosa.
Por ahora sé quien soy … pero mañana seré una diferente.

Para terminar me gustaría dejar una frase que leí en una parada de autobús y que viene muy acorde al tema …
Dinos a donde quieres llegar y nosotros trazamos la ruta.

  • [1] Huracán nombrado ambiguamente como Isidore (femenino) e Isidoro (masculino), acontecido en la península de Yucatán el 21 de Septiembre de 2002.

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1 Comments:

At 1:26 p.m., Blogger Rindaniru said...

Sólo es fuerte y sólido el árbol al que la tempestad azota constantemente.

Hermoso, simplemente hermoso.
ILY2, baby.

 

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