Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

14.2.07

Soy un pobre venadito

El comienzo de la semana estuvo magnifico. Mucha risa … demasiada risa … merisimas carcajadas por el humor involuntario que a veces me cargo. Sucede que no comprendo muy bien sí es mi estado de enamoramiento (presente desde hace ya dos meses) ó ya de plano “en verdad soy demasiado despistada”.

El día lunes, después del medio día, regresé a mi casa para comer con mi familia. Dando el primer paso ante la puerta, mi querida madre me interceptó para decirme que en media hora salía a su tercera sesión del diplomado “Empresarios Exitosos”.
- Gia: Ok, ok, ok, madre. Yo te llevo.
- Madre de Gia: De verdad? Parece que hoy estas de muy buen humor.

Ahora, tengo que hace un paréntesis. Mi madre tenía toda la razón. Era un lunes esplendido. Hay días en que uno amanece contentote; así pues, treparme al carro y hacerle de chofera, no me disgustaba en lo absoluto.
Otro segundo paréntesis. Noticia de periódico sensacionalista: La Srita. AzJe definitivamente se transforma en camionera, cuando toma entre sus manos el volante y pisa el acelerador. El glamour se diluye a través de todas las majaderías que pronuncio (hijo de tu … imbécil no estas viendo … si me cierro, como no … etc). La personalidad tierna, estilo Winni Poo, se convierte en la peor pesadilla de Disneylandia. Es decir, en síntesis muy resumida, SOY UNA CAFRE.

Bueno, ese lunes andaba toda tranquila, pensando (siempre pensando) en “racimo de estrellas” y en lo bien que nos la habíamos pasado el domingo. Por lo tanto mi estadus CAFRE AL VOLANTE estaba de vacaciones.

Al pasar la media hora, nos subimos al automóvil, mi madre, Brighitti y yo. Encendí el coche y observé que la aguja indicadora de gasolina ya estaba tocando el limite. Mi madre también se percato de aquello y me propuso pasar primero a la gasolinera para llenar el tanque.
- Gia: No madre, no te preocupes … todavía alcanza para llevarte. De regreso a casa, paso a la gaso.
- Madre de Gia: Si tu lo dices.

Bien Bien. La tarde se veía bonita. El cielo se pintaba de azul plomizo, alguna que otra nube pasaba pasajeramente en forma de borrego, los pajaritos cantaban armoniosamente. Todo era tranquilidad.
A unas cinco cuadras antes de llegar al destino “Diplomado”, todavía me detuve; subimos a uno de los compañeros de mi madre.
Toññ!! De repente empecé a sentir raro el coche, como si el pobre se estuviera ahogando.
Llegamos al destino. Bajo mi madre despidiéndose con besito y abrazo.
- Madre de Gia: Cuídense niñas, las veo al rato.
- Gia y Brighitti: Cuídate mami.

Meto primera velocidad y el auto comienza a quejarse. Ups! Esto esta muy raro.
Avanzamos una calle más (en pendiente) y el auto definitivamente se apaga. Ahí en medio nos quedamos. Las Señoritas Je, con zapato de punta y con aroma Kenzo, se quedan varadas sin saber que hacer.
- Gia: Me lleva la reteching… mate, el coche se quedo sin gasolina.
- Brighitti: Pues era obvio, ya no traía nada.
Por supuesto que le puse ojos furiosos del Sr. Cara de Papa.
- Gia: Que oportuno tu comentario. A ver bájate y ayúdame a empujar el coche para estacionarlo.
- Brighitti: Perdón!! Y porque tengo que empujarlo yo?
- Gia: Te suena algo “No sabes manejar”
- Brighitti: Ok pero si me mancho las manos?
- Gia: Carajos!

Finalmente comenzamos a empujarlo pero están de acuerdo que dos mujeres no pueden hacer mucho, sobre todo si el primer obstáculo es un enorme tope (de los miles que hay en este Ranchin Provinciano).
El caso es que un buen samaritano nos vio tan incompetentes que nos echo la mano y pudimos dejar el coche estacionado sin estorbar.
- Gia: Cierro bien el coche y nos vamos a casa.
- Brighitti: Porque no mejor vamos con mamá? Está cerca?
- Gia: Aja! Para que me diga “Te lo dije”. Ya soy una mujer adulta y puedo resolver esto.
- Brighitti: Si tu lo dices (Entiéndase esta frase como salida de la boca de una adolescente).

Cierro bien el coche y comienzo a caminar. La hermana me sigue.
- Brighitti: Oye, no veo pasar algún taxi.
- Gia: jajajajajaja Taxi? Cuál taxi?
- Brighitti: El que nos llevará a casa.
- Gia: Estas pero operada del cerebro … dejé mi cartera en casa … y además tendría que ir a sacar dinero al cajero pues hace rato no saque efectivo. Y creo que tu no traes dinero.
- Brighitti: Lo mejor de todo es que eres una adulta.
- Gia: Qué fue lo que dijiste?
- Brighitti: Nada! Que se ve increíble el peugot 307 en color vino. No te gusta?
- Gia: Aja!
- Brighitti: Aunque me late más el Clio en color negro. Que coche te late? Tu próximo coche cuál será?
- Gia: Uno que tenga gasolina!!! Quieres dejar de hablar de coches.

- Brighitti: Huy que genio!! Yo sólo quería hacerte la platica.

A la segunda calle tenía ganas de aventar los Prada pero llegamos justo a tiempo a la gran avenida. Pasa un colectivo … un segundo colectivo … el tercer colectivo. Ok, creo saber cuál tomar y que nos dejará un poco más cerca de la casa.
- Brighitti: Qué!!!! Nos vamos a ir en un colectivo!!!! No por favor, todo menos eso!!!!
- Gia: Prefieres caminar? Anda súbete.
- Brighitti: Me la voy a cobrar.
- Gia: Ya súbete. Te aseguro que sobrevivirás al colectivo!!!

Obvio! Todos los colectivos son vivos ejemplos del México Profundo. Sí la hermanita hubiera llevado su Kit de limpieza, habría echado litros de perfumes pero bueno siempre hay que verle el lado agradable a las cosas. Así que de mi parte, aquella pato aventura, la tome con filosofía. TODOS LOS DÍAS SE APRENDE ALGO NUEVO.
Lo que debía haber sido un recorrido de 10 minutos en automóvil, termino siendo 40 minutos y todavía tuvimos que caminar un poco más para llegar a casa.
Muy cerca de mi casa, está el hogar de mi amiga Cristhian. Raramente vi que estaba su coche estacionado afuera (siempre lo mete en la cochera) y algo me decía: No estaría mal que le pidieras ayuda a tu amiga … pues no tienes ni la menor idea de lo que debes hacer. (Bueno, mi amiga es igual que yo -por eso somos amigas- pero dos personas piensan mejor que una).
Pase de frente. Soy una mujer adulta y yo puedo resolver mis problemas.

Por fin llegamos a casa. La hermanita, toda alterad, se metió en su habitación. Creo, para tomar una ducha, fue una emoción muy fuerte para ella (jajajajajaja).
Ok. Paso número uno. Cambiarme de ropa; buscar la camisa de cuadros, el pantalón de mezclilla deslavado y unas botas mineras. Orales!!!! Look “Soy lencha. Tipo BUTCH. Clasificación Trailera ruda”.
Paso número dos. Busco un garrafón de agua que me sirva para trasladar la gasolina”. Lo encuentro. Oh ingenuidad! El garrafón es de dos litros. Chiquito. No pesa y así no me romperé las uñas.
Paso número tres. Tomo los únicos $200.00 que tengo en mi cartera; después pasaré al cajero.
Paso número cuatro. Respiro profundamente … más viajes en los colectivos … mi coche está varado sin gasolina y la camioneta, de mamá, está en el servicio.

Primer colectivo … gasolinera … Lleno mi garrafita de dos litros … el despachador se me queda viendo con mucha extrañeza … Segundo colectivo … Bajo del colectivo … Camino … Llego al coche … Toññ!! … ni siquiera sé abrir el tapón de gasolina … Tardo 15 minutos en pelearme con la llave … No puedo … Pido ayuda a un transeúnte muy amable … Abre el tapón … con el embudo vierto los dos litros de gasolina … Ah!!! He terminado … Ahora es cuestión de encender el coche y regresar a casita … Ups! … No arranca … Intento en segunda velocidad, no arranca … Me lleva la cachetada!!!!
Obvio de lo obvio. Quién en su sano juicio cree que con dos litros de gasolina va encender un auto que se ha quedado en ceros??? Sólo Gia AzJe … sólo yo y mi cabecita.
Uttas madres tendré que regresar a casa!!! Nop … mejor le pido ayuda al Club de la Pequeña Lulu. Mis amigas!!! Ja!
Tomo otro colectivo (a esas alturas ya hasta había perdido la cuenta de cuantas veces me había subido en un colectivo) y como chiste del destino, el chofer tiene puesta una canción que me cae como anillo al dedo: Soy un pobre venadito que habita en la serranía … Soy un pobre venadito que habita en la serranía … Uy!!!

Ni peks … aquí el asunto es relajarse … EL SOL BRILLA Y EL PASTO ES VERDE.
El resto de la historia es muy sencilla de concluir. Mis amigas -que así como yo no tienen pifas ideas de cómo se le hace en los casos de quedarse sin gasolina- fueron muy oportunas en su ayuda. Me prestaron dos garrafones de 4 litros cada uno (en cuentas: 8 litros … esos si sirven para mover un coche). Me llevaron a la gasolinera. Me llevaron hasta mi coche y me ayudaron a verter el liquido oloroso.

Es el humor involuntario del humor involuntario. Durante el resto de la tarde, en lapsus de café -sin pastel de zarzamoras- no paraban de reírse de mi, pero en algo tiene muchísima razón la amiga Cristhian: Si antes te cuidaba las borracheras, ahora te ayudo cuando el coche te deja botada.
Hijoles amiga!!! Eres mi heroína!!!

Ya para finalizar … sólo me resta decir: MORALEJA.- Háganle caso al indicador de la gasolina. Así de sencillo. Sino uno termina escuchando … Soy un pobre venadito (en la voz del mismísimo recién fallecido Valentín Elizalde).

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