Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

30.1.07

(Leyendo la mente de) el pastel de Zarzamoras

Ayer lunes desperté con dos grandes suspiros dentro del corazón.
El primero me hacía inmensamente feliz. Durante el fin de semana nos habíamos llenado de besos “El racimo de estrellas”(1) y yo.
El segundo me producía incertidumbre, vértigo e incluso un poco de enojo. Una sensación de vació que preguntaba ¿por qué no puedo estar a su lado todo el tiempo? ¿por qué esperar un reencuentro cada dos o tres semanas? Las llamadas por teléfono, los mensajes por celular y las largas charlas a través del messenger, ya no me son suficientes. Quiero estar a su lado; que cuando se me antoje robarle un beso no tenga que viajar más de tres horas para conseguirlo, que cuando quiera perderme en su mirada no tenga que conformarme con una palabra dicha a la distancia.

Así paso; la confusión no es muy buena amiga, al contrario se convierte en una muy mala consejera.
Después de abrir los ojos, decidí hacer acción de auto disciplina. Hoy no hablaré con ella. Hoy no la buscaré. Hoy intentaré no pensar en su aroma. Necesito poner mi cabeza en su lugar adecuado.
Y sí, mi cabeza y con ella la razón, siempre han estado en su lugar adecuado, razonan muy bien, reflexionan hasta la saciedad; sólo que aquí, quien mueve la esencia, es el corazón. Ahora se ha convertido en el rey de las emociones. Dejémosle que reine, alguna respuesta nos tendrá.

Tuve un día de ocio en el trabajo. Un par de actividades rápidas y una larga espera en la gasolinera para llenar el tanque de mi coche. En esos breves momentos pude perderme en la afirmación de la cotidianidad. El resto de las horas, del día lunes, como manecillas de reloj, mis pensamientos recurrían, una y otra vez, a “El racimo de estrellas” (¿Será que a veces el amor enloquece?).
Después se me metió otra estúpida idea en el caracol de las conjeturas. Imaginando que el diablito invisible murmuraba a mi oído: “Pórtate mal. No esperes, regresa a la carrera de caballos. Te quedaste en la 14ª vuelta pero puedes continuar con la euforia de hallarte en otras más”.

Para cuando llegó la sobre mesa de la hora de la comida, los dos oídos estaban a punto de reventarme. Ni el té de jazmines, ni el té de fresas podían conseguir relajar mis pensamientos.

Muy bien ... pues si la cosa se va a poner de ese color pues que le voy hacer. Cuando creí que mi decisión ya estaba tomada, apareció la canción, esa melodía que dice ... Lee mi mente.
¡Mascaras del Santo! ¡Recorcholis! ¡Bendita la Virgen de los apachurrados! ... Sí, en definitiva esa era una señal para el cocotero de mi cerebro.
Sucede que cuando uno anda de chango descerebrado, lo mejor es buscar ayuda. Creemos que el trago de agua se transforma en el tsunami de nuestros propios temores.
Así que por necesidad, llegué a la casa de mi amiga Cristhian y le expuse todas esas sensaciones que me evocan al pasado de la patanería. La amiga, escuchó y escuchó. Finalmente cuando sentí que toda esa porquería de la duda había sido expresada, ella con toda la paciencia del universo me preguntó:
- ¿Cuál es tu pastel favorito?
¿¿¿¿¿Qué????? ¿Y eso qué tiene que ver en este naufragio? Yo vengo aquí, le platicó cómo está la melcocha de mi corazón, por poco me transmuto en la fidedigna imagen del Remi y ésta amiga parece que le interesa saber sobre situaciones alimenticias. ¿Habré mencionado la palabra Panquecito? No que yo recuerde, además una cosa es un pastel y otra cosa muy distinta es un panquecito.
Cristhian visualizando enredo, por la expresión de mi cara, volvió a insistir con la pregunta: Cuál es tu pastel favorito?
- Ok, ok, ok. No sé que tiene que ver el mentado pastel pero para que no estemos duro y dale con la preguntita, pues mi pastel favorito es el de zarzamoras; sólo que tu sabes ... me gusta comerme las rebanadas lentamente porque mi paladar se empalaga muy rápido.
- Ahí está la respuesta a tu duda ... que yo más bien diría que es como los vestigios de una euforia alocadita.
- A ver cómo! ¿Cómo estuvo el asunto? Explícamelo con manzanas, la ardillita está hiper lenta.
- Bien ... “El racimo de estrellas” y tu están conformando una relación muy hermosa, digamos que están en el principio; a lo que voy es que esa relación – haciendo una analogía – es como tu pastel favorito de zarzamoras. Parece que has llegado al punto en que te sientes tan dichosa pero tan dichosa que desearías comerte el pastel de una sola tajada. ¿Alguna vez te has comido un pastel entero de esa forma?
- No, nunca. Esta cañón!!
- Perfecto. Querida amiga qué ganas agobiándote y llenándote de ideas absurdas que lo único que conseguirán es destruir el verdadero amor. Te entiendo, siempre te apasionas y te da la euforia de querer y desear todo en el instante (Ahora, Aquí, Pronto, Ya) pero dime ¿por qué te gusta comer el pastel de zarzamoras lentamente?
- Eso es muy sencillo. Si me lo como lentamente lo degustó más. Si lo como lentamente puedo sentir la conjunción de la pasta con las zarzamoras pero al mismo tiempo saboreo la particularidad de cada uno de los ingredientes.
- Suena bastante construida tu respuesta pero qué se puede esperar de Gia Azje. Tienes toda la razón, tu misma lo has dicho ... si te comieras el pastel rápidamente te empalagarías y terminarías por botarlo y con muy mal sabor de boca. El buen amor, viene dosificado, como en gotero. Si te das cuenta, el pastel de zarzamoras es como la relación que tienes con “El racimo de estrellas”. Sí claro, reconoces que ella te complementa pero al mismo tiempo tiene su individualidad (como los ingredientes del pastel). Tranquilízate y disfruta degustando de esta relación. Que bien que lo vayas comiendo lentamente, los momentos serán perdurables y se harán más intensos. Eres afortunada; además la distancia, la cual te agobia, en realidad es inexistente entre dos seres que se aman.
- Eso es muy cierto, siempre la llevó aquí (en mi pensamiento), aquí (en mi corazón), aquí (en la palma de mi mano), aquí (en el sabor de mis labios), aquí (en el estomago lleno de mariposas) y aquí (en el aroma de mi intimidad).
- Amiga ... tus dudas se han apaciguado?
- Totalmente.
- Bueno ... vamonos ... te invito un café acompañado de una rebanada de pastel de zarzamoras.
- Me parece doblemente estimulante.

Hoy martes desperté con un gran suspiro dentro del corazón, el cual sale segundo a segundo pronunciando: TE AMO “racimo de estrellas”.
Y también desperté con el sabor de las zarzamoras entre mi paladar y el temblor de mi cuerpo que siempre están a su lado, ahí en “El racimo de estrellas”.

(1) Llamo a la mujer que amo “El racimo de estrellas”.

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1 Comments:

At 8:11 p.m., Blogger ARQUI said...

SEÑORITA AZJE:

un gusto leerla tan enamorada y pues si, a veces a que tener la paciencia infinita para llevar las cosas con calma. el amor es cuestión de calma y de zarzamoras...

maktub.

 

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