Un sábado de diciembre

Hoy es sábado.
Despertar tarde y pasar un buen rato metida entre las cobijas, reflexionando sobre mis sueños de la noche.
Prendo la televisión; sólo programas aburridos, recuerdo porque me encanta leer literatura. Los libros guardan mucha magia y yo viajó en ella.
Me levanto de la cama. Mi pijama esta calientita. Abro las cortinas y ahí está mi gato Otto esperando a que le abra la ventana. No lo dejo entrar; le ha dado por dejar su aroma a feromonas por todas las esquinas.
Escucho las voces de mamá y de Brighitti. Mejor espero antes de salir y saludarlas con un beso.
Hoy tengo ganas de sacar mi caja de casetes. Cuánta música he ido acumulando en tantos años. Tomo uno al azar. Lo pongo en la grabadora. Se escucha la voz de Juan Gabriel: ¡Que seas muy feliz! Estés donde estés … cariño. No importa que ya, no vuelvas jamás … conmigo. Lo quito. Esa canción hace unos meses atrás me llenaba; ayudaba a sacar mi dolor de enamorada incomprendida. Ya no es igual. Me aburre.
Pongo otro casete. Ese si me gusta. Caifanes en su primera etapa: Préstame tu peine y peiname el alma …
Tocan la puerta. Es mamá.
- Ven a desayunar para que después saquemos los adornos navideños y arreglemos la casa. En la tarde llegan visitas.
Mmm!! ¿Visitas?. Tres actores, amigos de mamá, vienen a presentar una pastorela. No iré, ayer quedé con Cristhian de tomarnos un café por la tarde.
El desayuno pinta bien. Desde niña me fascina comenzar el día con un vaso enorme de jugo de naranja. También hay un huevo estrellado con su tortilla frita; les pongo un poco de salsa verde para darle sabor.
Miro que está el periódico sobre la mesa. Decido no hojearlo; ¡siempre es lo mismo! ¿para qué? Ayer me dio un ataque de rabia al enterarme que el presunto presidente de este país recortó el presupuesto a los programas culturales. ¿Cuándo entenderán la importancia de fomentar un país con gente culta? Lo dudo, es como pedirle peras al olmo.
Después de la reflexión me introduzco a la charla que tienen mamá y Brighitti. Mi hermanita está enamorada. Sólo habla de su “amigo”: Fulanito de tal para acá … Fulanito de tal para allá. ¡Orales! La adolescente vive su primer enamoramiento. Revivo mi primer amor y el primer beso. Víctor se sentaba junto a mi en clase. Cada mañana se llenaba mi estomago de mariposas. Amor platónico hasta que en la fiesta de cumpleaños de otro compañero jugamos a la clásica “Semana Inglesa”; me dio un beso y yo le di seis tímidas cachetadas. Insisto! Hay en mi una lencha de 70% y una buga de 30%. Me enamoró de más mujeres que de hombres.
Termina el desayuno. Me lavo los dientes mientras sigo recordando a Víctor. ¡Que bonito es el amor!. Ahora estoy enamorada. Lo sé porque todos los días al abrir los ojos lo primero que pienso es en ella. Caray!! Ya hasta comienzo a escribir poemas. No estoy conformé. Es bastante malo amar en secreto; callar las palabras, silenciar mis sentimientos.
De repente siento que alguien me mira. Otto está detrás de mí; le gusta entrar al baño cuando yo estoy ahí. Lo cargo y le doy sus mimos. Otto tiene un nombre capicúa. Al derecho y al revés se pronuncian igual. Elegí ese nombre por la película de “Los amantes del circulo polar”.
Más de una docena de gatos he tenido. Todos tuvieron nombres de personajes interesantes: Antonie por el escritor de “El principito”. Hegel y Marcuse por dos grandes filósofos. Robellina por la primera mujer pirata. A Ludmila la bautizó mamá después de su largo viaje por Rusia. También tuvimos gatos con nombres de caricatura: Spunki, Chiwi - Chiwi, Tarzan y Cascabelín. Hace algunos meses perdimos a Chancho, un extraordinario y hermoso gato siamés. Pareciera que existe un hechizo con nuestros gatos. Al tercer año les pasa algo: Los envenenan, se pierden, se van … algo pasa. Nunca hemos tenido gatos longevos pero todos dejan parte de su alma en los muros de ésta casa.
Regresó a mi habitación, me recuesto sobre la cama y tomó uno de los libros que hay sobre el buró. Hoy sábado, tengo ganas de leer a Carl Sagan.
Las palabras de “Miles de millones” tienen sentido para comprender un poquito más al universo; ese universo que compartimos con muchas estrellas y planetas.
Cuando estoy a la mitad del primer capítulo recuerdo que tengo que llamar al editor de mi cortometraje y concertar la sesión para este día. Marcó, se escuchan tres tonos y Héctor contesta: Hola! Estaba apunto de llamarte. Quería pasar la sesión para mañana (domingo). Tengo una larga sesión fotográfica con un grupo de actores.
Caray!! El día de hoy todo gira entorno a los actores. Gracias!! me perdí el viaje a la Ciudad de México y festejar el cumpleaños de Helen Marge. Ni modo, mañana a las 10am nos veremos para terminar de editar el cortometraje que me tiene entusiasmada. En dos semanas he tenido varios sueños en donde me veo saliendo de la premier y la gente me pide autógrafos. Sé que tendrá éxito.
Me doy un baño para después vestirme toda coqueta. Minifalda, mallas, botas de largas agujetas y un blusa de cuello de tortuga. Al terminar, comparto con mamá y Brighitti las labores para adornar la casa. A mi me toca el “árbol navideño”. Pongo las luces con foquitos de colores; un árbol rainbow. Después vienen la escarcha y las esferas, culminando con la estrella de cinco picos.
Me siento en el sofá de la sala para contemplar el árbol y saber que el espíritu navideño ya está en mi corazón. El año pasado, la Navidad paso desapercibida. Tenía tantas cosas en la cabeza.
Me fumó mi primer cigarro del día. Brighitti comienza a tararear la canción que no ha dejado de merodear en mi mente en estos días:
Desde que tu llegaste mi vida es un desmadre. Siempre que estoy contigo se me olvida lo que quiero decir. Desde que me tocaste, no puedo concentrarme, todo el tiempo estoy pensando en ti. Desde que tu llegaste me siento en otra parte, estoy insoportable, mis amigos se aburrieron de mi. Es muy complicado. No importa que me esconda siempre algo me conecta a ti. Dos corazones laten dentro de mi. Dos corazones laten dentro de mi. Dos corazones laten dentro de mi. Dos corazones laten dentro de mi ……………
Intento ocultar mi sensación de enamoramiento para que mamá no terminé de notar que su hija mayor acaricia los velos del amor. Imposible, se ha dado cuenta.
- Hija has considerado la idea de que la chica no tiene tu misma sintonía (es decir que no es rainbowgirl).
- Lo sé mamá pero tú también has considerado que en cuestiones de amor por lo regular no le ordenas al corazón.
- Hay cariño! Siempre te han gustado los retos.
- Lo sé mamá, lo sé.
Me fumó el segundo cigarro. Tiene tanta razón mamá. ¿Cómo no dársela?. La mayoría de mis enamoramientos comienzan por el deseo del cuerpo, por eso duda que ahora si estoy enamorada. Mi corazón me dice que es distinto; no deseo besar sus labios, tocar sus mejillas, acariciar su suave cuerpo. Sólo pienso en ella y me llenó de toda su figura. ¿Será amor?
El día ha pasado. Fui con Cristhian, nos tomamos varios capuccinos y platicamos de cosas agradables que ocurrieron en el pasado. Mi amiga ahora es mamá y tiene otras razones de existir. Se quedaron atrás para ella, las fiestas, los reventones y salidas de antro. Ahora tiene que cuidar a su bella hija. Le noto un poco de nostalgia en sus ojos.
Regresó a mi casa. No hay nadie. Vinieron las visitas y mamá dejó un recado sobre la mesa del comedor: Si quieres alcanzarnos, estamos en el teatro de la ciudad. Después nos vamos al centro para tomarnos un café. Llama a mi celular para saber si vienes.
No tengo ganas. Prefiero escribir, guardarme del frío y continuar pensando en ella, en la mujer que me llena de suspiros el alma.