Pensando en los porcentajes mientras me comen los moscos africanos

Como me lo temía, estoy con los mismos pantalones de mezclilla desde hace cinco días y comienza a importarme muy poco si están sucios, llenos de lodo y de aroma a sudor acumulado. Finalmente la recompensa a estas incomodidades ha venido en cada amanecer. En mi mente perdurará la textura suave de los destellos rosados del sol sobre mi rostro. Pantalones podré comprar más adelante; si alguien comercia con crepúsculos matutinos hágamelo saber.
Sigo con mi hermana en éste fastuoso continente. Ayer regresamos de Inongo que está frente al Lago Mayi Ndombe en Zaire. Ahí recogimos a un grupo de 20 niños huérfanos para ubicarlos en el hospital que se está construyendo en Brazzaville.

Fue un recorrido con charlas fuera de lo común. Alex no pudo cerrar su bocota cuando el Doctor Jean-Luc comenzó a coquetear conmigo y ella le hizo saber de inmediato sobre mis preferencias gustosas por el género femenino. Sospecho que mi hermanita tiene un amor secreto y aún no sido capaz de hacérselo saber pero no hay de que preocuparse, ella es lenta pero segura.
Como buen francés, el Doc ni se inmuto por la noticia de mi lenchez; creo que los prejuicios homofóbicos en parte tienen mucho que ver con el desarrollo sociológico de cada comunidad mundial. A partir de ahí, en todo el trayecto hacía Inongo se desató una polémica muy disfrutable acerca de los porcentajes bisexuales que tenemos todos los individuos.
Yo les decía que tengo amig@s con personalidad más homosexual que otros, es más, considero que mi 20% buga podría llegar a transformar mi vida en otro sentido muy distinto del que ahora llevo (obvio! estamos hablando de contenido sexual, el estilo de vida es otro rollo muy distinto).
Por ejemplo: Conozco a un par de amigos gay (que por ahora viven en Barcelona) y los dos son totalmente distintos en sus porcentajes, no obstante que son pareja. Mientras uno decidió por cuenta propia que “nunca de los nuncas” probaría las delicias sexuales proporcionadas por una mujer, el otro, lo ha hecho en repetidas ocasiones sin ser éstas experiencias lo mejor de su desarrollo sexual hasta el momento, parece que en el meollo del asunto disfruta más con los muchachones. Hablando de porcentajes, el primero tendría 99% gay y 1% restante, casi suspiro, de buga. El segundo tendría un 65% gay haciendo un equilibrio con su 35% buga, pues como el bien dice: “Nunca se puede dejar de ver un buen trasero femenino”.
Y mientras seguíamos con la charla acerca de los porcentajes, alguno de los asistentes de logística abrió una de las ventanillas de la Van y los mosquitos africanos entraron para hacer su agosto con tan deliciosa sangre fresca pero eso no obstaculizó nuestras carcajadas; les conté como en una de las legendarias reuniones de la primera temporada de RAZA ROSA, tuvimos que hacer un ejercicio terapéutico para ayudarle moralmente (y energéticamente), a una de las colaboradoras, para que pudiera pronunciar la palabra “pene”. Ella comenzaba balbuceando la sílaba “pe …” y terminaba diciendo otra cosa muy distinta: “pe … pendenciero“. Segunda oportunidad … respiraba profundamente y cuando todo indicaba que ya tenía el valor suficiente para pronunciar la dichosa palabra, la respuesta era fallida: “pe … pentágono”. Demoramos casi media hora para que la pobre amiga pudiera sobre llevar el obstáculo neuro-lingüístico. En el caso de ella, también observamos un 97% lencho (definitivamente pudo emitir la palabra “pene”) pero prefiere ocultar su 3% restante buga, le retequetencanta ser lencha.
Aunque los mosquitos habían dejado marca y terminamos resolviendo el problema con crema de alcanfor, la charla se ponía más interesante. El Doc nos confesó que hablando de porcentajes, él tendría un 99.9% buga y .1% gay pues sospecha que la bufanda de colores arcoiris, que su hija le regalo hace un año en navidad, le inspira cantar la canción “Over the rainbow”.
Y bueno yo que les puedo decir. Tuve novios y no fueron como que la experiencia más hit del milenio pero tampoco negaré mi fascinación casi orgásmica cuando contemplo a los toreros, y bueno, este año estuve a punto de terminar en un revolcón con un springbrake. Así que bajo esa perspectiva, mi porcentaje es más o menos de 80% lencha y 20% buga.
Aclaro, todo en este universo es dinámico y cambiar constantemente es una regla que va más allá de lo científico. Quizá hoy me apasionen las mujeres, mañana podría despertar distinta. Pues tan sólo me miró, como de un día para otro estaba envuelta en el escándalo y hoy, en este instante, estoy en uno de los parajes más hermosos que mis ojos han podido observar.
¿Y para ti, cuál es tu porcentaje?

(créditos:flickrimages)