Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

9.11.06

Clases de sociología lencha

Gracias al Messenger, ayer pude platicar con Marge O´Farril; así que la distancia kilométrica se recorto en párrafos de gustosa charla.
Después de preparar mis maletas, pues pasado mañana regreso a México, la madrugada me atrapó con un poco de insomnio y aproveche que mi hermana estaba durmiendo y me robé por un par de horas su laptop. Fue así que me puse al tanto de los últimos quehaceres de mis amigos. El nuevo chisme ya lo imaginaran, “alguien dejó a alguien”, pero ese no es el punto principal de éste escrito (tampoco se trata de balconear a los amigos glam).
Bajo ese parámetro, la esencia básica de la conversación con Marge se concentró en las inclemencias de las relaciones amorosas.
Humildemente lo digo, no soy la gran experta hablando de estos temas; por visibles razones puedo contar con los dedos de mi mano las tres novias que he tenido desde que salí del armario de barbie. En cuanto a ligues de antro y demás canas al aire, prefiero reservarme el anecdotario, será para otra ocasión con perfil escribano de RAZA ROSA. Y finalmente culmina el conteo (hasta este momento) con la experiencia “La enfermedad de los cuernos y El mapa de Alice (1er y 2a parte).
Por alguna u otra razón, terminé explicándole a Marge que las relaciones amorosas de las lenchas son bastante intensas, por lo cual a veces debrayan en lo obsesivo.
Como lo hice con mi amiga, abriré la sesión explicativa, haciendo una analogía con las formas bugas.
CASO BUGA
Manzana roja #1
: Dos bugas (un hombre y una mujer) se conocen en un antro, bar o reunión social. Al mirarse se gustan de inmediato. Se echan ojitos y ponen en la mira de su radar la dirección hacia donde se dirigirán.
Manzana roja #2: Los dos bugas se van acercando cada vez más. Ya cercanos platican un poco (para tentar el camino) mientras beben y bailan.
Manzana roja #3: Unas copas más, los dos bugas, ya reconocido el terreno, terminan agarrándose a los besos.
Manzana roja #4: Como se dieron cuenta que hay rollo pasional y para no dejar de satisfacer sus deseos y necesidades fisiológicas, terminan dándose sus arrumacos íntimos, ya sea en un hotel, motel, casa, depto o donde sea pertinente la acción sexosa.
Manzana roja #5: Después de los arrumacos, el hombre ya satisfecho (como debe ser), recoge sus calzoncitos y hace todo lo posible y lo imposible para salir despavorido y continuar con su vida cotidiana normal. Sin en cambio, mientras el muchachito ya lleva un par de kilómetros de distancia, la mujer ha construido chorrocientos castillitos de melosidad: ¡Este si es!, ¡Le voy hacer un buen desayuno para que vea que soy bien linda! ¡¿Le gustaré?! ¡¿Le habré gustado en la cama?! ¡Ojala me pregunté si quiero ser su novia! ¿Dónde está? ¿Por qué no está en la cama? … toñ!!!
Notarán que el castillito es ya toda una ciudadela de suposiciones melcocheras. A las mujeres nos súper encanta crear historias de posibilidades para auto convencernos que ENEFECTO sí somos todas unas reinas.
En el caso de las lenchas, se siguen los mismos pasos (manzanas explicativas) hasta el #5. A diferencia de la huida “caso buga“, aquí hay dos reinitas que a su vez han construido sus respectivos palacios de suposiciones. Se dan cuenta de lo rudo del asunto. Es mega intensa la cosa.
El chiste “Qué llevan las lenchas a su segunda cita” lo explica aún mejor. La pregunta se la hice a Marge e ingenuamente me contestó: Su cepillo de dientes!!. Pues no, llevan el camión de la mudanza. Jajajajajaja ¿Será eso realmente amor? Bueno, una tiene deseos y necesidades pero es casi imposible que en una noche de antro encuentres al amor de tu vida. En el caso de las lenchas así pasa. Una tras otra, crees encontrar a la media naranja.
Un amigo rainbow me contó ese chiste cuando estaba recién desclosetada y la verdad me pareció bastante impertinente (que le bajen tres rayitas de mamoneria). Tuve que vivirlo en carne propia para confirmar que ciertamente tenía toda la bocota llena de razón.
En una de esas experiencias, sacadas del baúl de los “no quiero recordar”, tuve mis cosillas aventureras con una chavita. En la segunda cita, así de trancazo y sin preámbulo, me preguntó ¿sí la amaba?.
Como en este mismo momento se han deber quedado ustedes, con esa misma cara de what maracaneado, me quedé yo.
¿Cómo? … si apenas te conozco. Tú apenas me conoces. Por ahora me gustas!!!
Claramente la mujer estaba disgustada por mi incapacidad lencha.
La pregunta se volvió a repetir en toda la noche. Que fastidio! pero como la sangre lencha está bien enraizada en la venas, no salí corriendo del lugar, en mi cabezota había construidó mi propio castillito de suposiciones. ¡Esa pregunta me la hace porque intuye que soy toda ternura!. Jajajajajajaja.
Y bueno, a la tercera cita regresé porque a la calentura nunca hay que dejarla pasar, que tal y si te da un torzón o mal aire. Esta vez la niña me dio otra sorpresita; continuaba con la misma cantaleta de sí la amaba pero el debraye de la locura llegó cuando me propuso (en lapsus alcoholicus) que viviéramos juntas. Zacatecas!!! Los ojos se me pusieron como platos de huevo estrellado. Ni ganas de regresar pero ahí ven a la Gia fogoza, teniendo citas con la chamaquita, una y otra vez, porque siempre auguraba un buen acostón. ¡¡Caramba. Me lleva la cachetada!! Lo que tiene que hacer una para conseguir un buen revolcón.
En fin, esta fue mi explicación de las relaciones obsesivas lenchas. Quiero aclarar: no todas son o deben ser así. Sólo es un muestreo de la estadística general.
Que conste, ni siquiera toque los amorios por internet; es otro rollo bien hiper crazy.

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3 Comments:

At 5:20 p.m., Blogger Rindaniru said...

Muy buena anecdota, gracias por compartirla, mientras oigamos la canción del día... salvame del olvido... salvame de la soledad...jejeje

 
At 8:52 p.m., Blogger ARQUI said...

mi querida gia:

efectivamente, las relaciones lenchas son todo un caso.
y si, una da unos besitos aquí, unos besitos allá y zassss! por arte de magia te piden que les pongas departamento amueblado y todo el chou...
es tan difícil aceptar que sólo es una noche de antro y diversión lo que buscas y no al amor de tu vida?

saludos...

maktub.

 
At 11:00 a.m., Blogger Lula said...

jejejeje sssschale, como la buga más buga ke conoces, puedo decir , afirmar y confirmar ke si, asi son las viejas bugas, y digo son porke segun mis últimas ¨manzanas¨ afirman ke no tengo corazón o ke se ekivocaron y me mandaron en cuerpo de mujer y soy hombre, tons la ke agarra sus calzocitos soy yo jejeje (pero yo digo ke no es ara tanto), y bueno este muestreo lencho , buga, o lo ke sea, al fin de cuentas son relaciones humanas, y sentimientos no??

te kiero muchisisisimo nena grax por la sana lectura

Chantal

 

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