Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

31.10.06

Por cada rival derribado hay un bastardo de más bajo el sol

Srita. Marge O´Farril
Calle Where the streets have no name
Col. The Josua tree
Delegación B.Te.A.L.
Bugalandia CP 1912

Martes 31 de Octubre
Brazzaville, República del Congo

Querida Marge:
Heme aquí, en el calor infernal de la línea ecuatorial africana. Hace dos días que la lluvia se dejó caer torrencialmente sobre ésta ciudad llena de contrastes sociales.
Mi hermana Alejandra, prácticamente me secuestró después de la batalla campal que se desató a raíz de la publicación del primer capítulo de la biografía autorizada. Hicieron demasiado escándalo para enterarse de la identidad de Julieta. No estuvieron tan equivocadas mis intuiciones, la idea de respetar su anonimato fue perfecto.
Después llegó otro escándalo, donde se acusa al corporativo RAZA ROSA de plagiarnos una serie de noveluchas que finalmente ni tienen nuestro perfil; en realidad eso en lo absoluto me molesta, lo que si me incomoda es el mal gusto por crear una atmósfera carente de inteligencia y de bajo lenguaje. Es obvio, estar siempre en los círculos de la creación artística te engolosinan el alma de refinamiento.
Querida amiga, estos últimos aquelarres me hicieron recordar mucho una pequeña frase del poema “Otros tiempos” de Cesare Pavese. Si no mal recuerdo dice así en italiano: “E per ogni rivale buttato sui sassi c’ é un bastardo di piú sotto il sole”(1).
No cabe duda, a veces los torbellinos vienen rabiosos pero en cada acción el temple se expande enormemente. Siempre he vivido bajo los reflectores y esto es sólo una mínima parte de las desventajas de vivir bajo la lupa. Sé que mañana reiré de los absurdos.
De tal forma, cuando creí que ya no tenía una escapatoria o desahogo, Alex me subió al avión, llegamos a la Ciudad de New York y de inmediato transbordamos otro vuelo, de casi 19 horas, para llegar a la República del Congo.
Desde hace un año, mi hermana dejó toda su vida de comodidades y lujos. Metió su solicitud en Médicos Sin Fronteras y en menos de dos meses la mandaron a traer para que se alistara en el equipo de asuntos logísticos. Su labor la hace una heroína ante mis ojos. En un principio creí que era una de sus tantas utopías de las que solía hablar de chiquilla pero me cayó el veinte cuando llegó su primera carta desde un remoto lugar de África. Admiro su arrojo, su nobleza y su pasión por construir un mundo más solidario. En este sentido creo que salió muy parecida a los ideales de mi padre.
Antes de encontrarnos en México, Alex estuvo aislada en una comunidad de la zona desértica de Sudán. He intentado preguntarle acerca de su experiencia allá, ¿si dejó amigos o amores? pero parece que no le gusta recordar esos días, sólo hace mención: de que la gente se las ve muy duras con la guerrilla. Tengo fe en que superará su consternación; me temo que muy dentro de ella sufre por todas esas personas a las que no pudo ayudar.
Llevó una semana en esta tierra. Le estoy ayudando a montar un hospital que dará atención médica a niños con VIH. La cosa está bien dura, hay familias enteras que viven día a día el drama de perder a su padre, madre, hermano, etc. Los críos quedan huérfanos y el estado no tiene la suficiente infraestructura económica para encargarse de ellos.
Siendo sincera, en realidad no quiero fraternizar mucho con este asunto pues sólo me quedaré un par de semanas en este país, mientras pasa el escándalo y pueda regresar a mi vida cotidiana.
Quisiera seguir escribiendo pero mi hermana me llama. Estamos a punto de irnos a una comunidad cerca al país colindante. Ni creas que te diré el nombre, por ahora no lo recuerdo, en la siguiente carta te prometo que lo mencionaré. A ver qué pasa.
Cuídate y no olvides escribir. Saludos, abrazos y besos… de Gia.
(1) “Y por cada rival derribado hay un bastardo de más bajo el sol

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