Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

21.10.06

Gritando de miedo

Ésta semana representé a la editorial donde trabajo, en una Feria del Libro, es decir que no pude escapar a la “Venta directa al cliente”. Para quien lo ignore, laboro en una empresa editorial y entre las diversas actividades que me corresponden, después de las Relaciones Publicas que me fascinan, realizó de vez en cuando la menos glamorosa diligencia de colocar el changarro ambulante y esperar que el público compre cultura; eso si, sonriendo amenamente pa´que la venta sea buena y me lleve excelentes comiciones.
En estas ocasiones de vendimia, tengo el chance de reflexionar en demasía. Una de las tantas ideas que se proyectaron en mi cabeza fue hacer una lista de las experiencias sobresalientes, algo más o menos como el TOP 5 de las Lessventuras de Gia Azje.
El primer tema que se me ocurrió fue el TOP 5 de las cosas chuscas -las cuales me pasan muy seguido- pero como tenemos muy cercana la fecha de Día de Muertos y Halloween, tendrán que esperar las risas para dar paso al TOP 5 de los momentos con estilo "Screem".
En realidad pocas experiencias con lo paranormal he vivido (Claro! si descartamos al par de lenchas crazy que se cruzaron por mi camino y después de su ferviente persecución obsesiva, se me quedo por un rato el habito de la paranoia -de hecho el sábado vi una película que me recordó esas historias ocultas … pero esa es harina de otro costal para contarlo más adelante-). Comencemos con el número 5 de aquellos momentos de miedo:
#5
Cinco minutos de terror tuve cuando le perdí la pista al equipo de niñas scout en un campamento realizado en la hermosa Sierra de Queretaro. Casi me muero del infarto pero después del chow con harto grito, me dio tanta vergüenza saber que mis queridas compañeritas se habían escondido entre los árboles para jugarme una muy mala broma. ¿Se imaginan estar en esa inmensidad desconocida? Perras del mal!!!
#4
Momentos de miedo televisivo. Todavía recuerdo cuan emocionadas estábamos mi hermana Alejandra y yo la primera vez que pudimos escabullirnos en una de las tantas reuniones pubertonas que organizaba mi tío Kike Jenkins; mientras ellos tenían 13 años, nosotras andábamos en los 10, lo cual era un gran defecto si anhelabas pegarte al grupillo ese.
Pues bien, después de introducirnos con bastante éxito, disfrutamos del maratón excelso de películas de terror que decidieron ver esa tarde sabatina; Pesadilla en la calle del infierno, Halloween, Carrie y El despertar del diablo, me dejaron la cabeza totalmente llena de fantasías terroríficas.
Obvio! durante un mes, ni Alex y yo pudimos conciliar el sueño si las luces de nuestras habitaciones estaban apagadas. Le dimos mucha batalla a mamá; hasta este momento sigue creyendo que nuestra falta de sueño era porque tomábamos mucha leche con chocolate.
Los primeros días aguantamos dormir solas pero con tantas pesadillas endemoniadas, preferimos compartir cama para hacernos compañía. El plan era que mientras una dormía, la otra permanecía despierta para estar siempre alerta a la llegada de Freddy Krugüer, Michael Mayers o del mismísimo coludo con cuernos.
Al comprobar que ninguno de los personajes se aparecía, dimos por autenticas falsedades las historias que vimos en las peliculillas de aquella reunión chabacanera adolescentoide.
La ganancia es que me fascina el cine de terror, sobre todo el que tiene que ver con sexo y adolescentes.
#3
Ésta sucedió en casa de un matrimonio, amigos de mi mamá. La pareja para hacerle honor a su alma artista, vivían en una casa antigua que conservaba todas las características de vieja vecindad. Qué más se puede esperar de una actriz de “teatro surrealista ochentero” y de un excentrico titiritero que bautizaba a sus marionetas en ceremonias bohemias.
En la indicada fiesta, nos mandaron a todos los chamacos a jugar al patio, el cual estaba en el primer piso y en su centro había una fuente sin agua.
Ya era un poco tarde pero nos divertíamos jugando “toque destoque”. Las cuatro esquinas del patio eran las bases y en cada una de ellas sobre salían largas tuberías que llegaban al segundo piso … pues bien, entre las risas y el encanto por el juego, de repente de la fuente salió un vapor blanco que poco a poco formó la silueta de un hombre, pasados unos segundo se fue directo a una de las tuberías y en la boca del escape se metió.
¿Qué podíamos esperar? Por supuesto que todos los escuincles salimos de nuestro estado atónito, gritando como locos de hospital psiquiátrico.
Los adultos, al bajar todos asustados por nuestros maullidos de chachorros, terminaron regañándonos por ejercer la fantasía en un 100% pero cómo podía mentir un grupo de 15 niños. ¡¡Este aún sigue siendo un caso no resuelto!!
#2
Tremendo sustote me llevé cuando me comunicaron unos compañeros de la universidad que mi amiga Titi Nassif se había caído a un pozo, mientras nosotras sus amigas esperábamos acceder a la Fiesta de Bienvenida que cada semestre se organizaban en el antro de moda.
La verdad fue horroroso (!!síganse riendo condenados!!). Esa noche nos lanzamos un poco tarde al antro y no pudimos evadir toda la aglomeración humana que esperaba entrar al reventón. Titi desde la salida de su casa ya tenía muchas ganas de ir al pipiruum; aunque todavía pasamos por dos amigas a sus respectivos cantones, ella se mantuvo firme diciendo que podía aguantar. Al llegar al antro no resistió y viendo todo ese mundo de gente, se lanzó al terreno baldío que estaba detrás del edificio para hacer sus necesidades fisiológicas pero oohh surprise!!! no contaba con la existencia del “pozo maldito” y cual virgen suicida cegatona, cayo al hoyo.
Las ganas de hacer pipi se le fueron de inmediato pero paso más de 30 minutos gritando: Help me! Help me!, sin encontrar respuesta por parte de súperman.
Del otro lado del terreno baldío, entre todo el gentío fastidioso, aguardábamos a que regresara la señorita Titi, sin saber a ciencia cierta adónde carajos se había metido.
Otros minutos más pasaron y nada. Para nosotras la cosa ya era muy sospechosa. Descartamos la idea de que la amiguita se estaba tirando a alguien ó alguien se la estaba tirando a ella; siempre ha tenido la cordialidad de avisarnos cuando se va echar un polvo.
Hasta la motheeer! decidí ir buscarla al coche para ver si ahí la hallaba pero en el trayecto unos conocidos de la uni me dijeron que a mi amiga la estaban sacando unos paramédicos, del fondo de un pozo. Qué Qué Qué??
Corrí más rápido que el correcaminos y en efecto observé como la estaban sacando lentamente; la pobre no podía mover la pierna izquierda porque en la caída se la había fracturado y aparte de todo eso, mi amiga pasaba por una horrible hipotermia.
Esa noche de Bienvenida Universitaria, la pasamos Titi, mis amigas y yo en el hospital, muertas de miedo en la espera de los papás para escuchar un sermón estilo misa dominical.
#1

Yo sé que no tiene madre lo que voy a contar pero la ocasión en que más me he tirado de piernas pa´tras fue cuando perdí la cartera en donde, ingenuamente (ó pretensiosamente), metí los boletos que mi papá me había regalado para el concierto de apertura del reencuentro de timbiriche. ¿Comprenden la gravedad del hecho y lo horroroso que se sintió mi corazón? Todo por andar de alcohólica. Quién sabe en qué momento tiré la cartera o en qué momento me bolsearon.
No obstante después de lloriquear como magdalena, mi amiga Cristhian Chedraui me soltó la verdadera verdad: El ladrón había sido el buga desconocido con el que me había agarrado a los besos aquella noche. QUE HORRROOORRR!!! No sé si me dolía más el robo ó la cruda realidad de andar besándome a cuan muchachito se me ponía enfrente para demostrarle al mundo entero QUE YO ERA UNA MUJER MUY MUJER. Estúpido disfrazar para ocultar a la lencha interna.

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