Lessventuras de GIA AZJE

Rainbow adeventures con mucho glam y glitter

17.10.06

El fenómeno del círculo

Por alguna razón saturniana, la semana pasada tuve más de dos sueños donde el eje principal fue agarrarme a los besos apasionados con mucha candela pero poca conclusión.
La cosa va más o menos así: Aparece mujer … me seduce la mujer … besos … más besos … pasión … deseo … mucho deseo … y de repente por razones totalmente banales, me quedó desvestida y alborotada.
A estas alturas del partido -y con tanto sueño calenturiento- creo que mi subconsciente me pide a gritos, sacar toda la energía hormonal lencha lo antes posible, antes de que comience a gastar como loca el dinero de las tarjetas de crédito en boletos para cualquier corrida de toros disponible en el país o en España. Son los toreros, los únicos hombrecillos que mueven el tapete del 20% heterosexual que llevo en este cuerpo del 80% rainbowgirl. Si logrará pescar alguno, estaría dispuesta a dejar a un lado mi vida lencha y transformarme en la buga casi perfecta.
Como ya se habrán dado cuenta, en una primera ocasión, fue Renata -concursante de La Academia 5- quien me dejaba sentir las delicias de sus labios. Y la verdad no me explico, cómo es que esta señorita se haya colado en lo más hondo de mi subconsciente. ¡Nada que ver! pero al contrario de lo que hasta ese momento no sucedía, a partir de ese sueño disfrutó bastante ver el resumen entre semana y los conciertos de cada domingo. Claro que procuró sólo fletarme las partes cuando ella aparece en el televisor pues me parece de muy mal gusto aventarse los culebrones con los que explotan a estos ingenuos aspirantes a seudo-estrellas*.
Pues bien, después de andar besuqueando a muchas mujeres y no concluir en nada, el último sueño que tuve me hizo reflexionar ciertas cosas que ya daba por concluidas.
Resulta que soñé con una de mis ex-mujeres. Esta nena, parecida a Jennifer López -con todo y enorme trasero-, fue mi novia mientras viví una temporada en Cancún. Al principio me la pasé excelente, dándome una merecidas vacaciones después de entrarle durísimo al estudio pero pasado un tiempo, al darme cuenta que nada tenía que hacer por esos rumbos playeros y por supuesto de habérmela pasado de lo lindo en tanto merequetengue bailador antrero, decidí dejar la tierra springbreak y dar por terminada la relación con el clon de J-Lo.
Según yo, las cosas habían acabado bien. Después de platicar largamente y de convencerla para que asimilara la despedida, resolvimos que lo mejor sería dejar pasar un par de meses y ver qué sucedía. Por obvias razón no aguante mucho y en mi primera salida de antro le pinte el cuerno. Chispas! Ni modo la relación no seguiría y sin dudarlo terminé definitivamente con ella; comprendí que la “quería” pero todavía existía mucha brecha para llegar a “amarla”. Y bueno las cosas se quedaron así, a la deriva.
Finalmente todo este rollo es para decir que la soñé, reviviendo las sensaciones de tenerla a mi lado. Sus caricias, sus mimos, su aroma, sus besos tiernos y apasionados, su comprensión y amistad, etc. Así que al despertarme, busqué su número telefónico y apunto de llamarla me pregunté: ¿porqué buscarla si aquella relación ya había finiquitado? ¿qué rayos pasaba por mi cabeza, si tenía la necesidad de escucharla? ¿acaso había algo más profundo en todo eso? ó ¿de plano mi soltería ya me estaba afectando?
Lo que sucedió fue que dejé el teléfono en su lugar y me quedé viendo contemplativamente el objeto casi por media hora, a ver si del dichoso auricular salía una bella genio y me contestaba todas las anteriores preguntas. Nada de eso sucedió.
Les confieso que la situación invadía todo los pensamientos de mi cabeza pero pasó algo bien chistoso. Casi nunca abro las cadenas que me envían por e-mail, pienso que muchas de ellas me hacen perder tiempo valioso, pero en esta ocasión abrí una por mera curiosidad y con esto me tope, lo cual quiero compartir con ustedes:
Cerrando Círculos
"Las oportunidades nunca se pierden, alguien tomará la que dejaste pasar"
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!
PAULO COELHO

Pues bien, todo éste hermoso párrafo que llegó ante mis ojos en el momento adecuado, me dio algunas respuestas para comprobar mi teoría:
Los sueños que he tenido, son una parte representativa de lo que sucede en mi interior (lo que llamaría Freud, “el subconsciente“). Por eso, cuando sueño besar a hermosas mujeres y finalmente no puedo concluir algo serio con ellas, es por la simple y sencilla razón de que a cada paso que di con mis novias, mujeres, amantes ó como quieran llamarlas, dejé abierta la puerta para tener siempre un as bajo la manga, creyendo que eso me hace más inteligente y audaz, pero al contrario me hace mucho más débil, pues no me permito sentir y amar a la siguiente porque llevo conmigo a las demás. Cuanta maraña caray!
Bueno la teoría ya está sobre la mesa, ahora me corresponde darle salida. ¡Pasado adios!
(*)Estrella no es lo mismo que artista, cosa que no entienden muy bien los periodistas de espectáculos.

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2 Comments:

At 11:33 p.m., Blogger ARQUI said...

HOLA...

ME LATIO LO QUE LEI ACA, OJALA SIGAS ESCRIBIENDO...

TE LEO.

 
At 11:14 a.m., Blogger Gia Azje said...

Pues bien mi querido Arqui que wueno que te latio leer estas cosillas...sigue visitando la Casa Literaria de Gia Azje

 

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